Letizia, entre la infidelidad y la enfermedad, acapara la atención en una reveladora portada extranjera, que parece confirmar los rumores sobre la figura de la Reina Letizia de España. Según los informes, Zarzuela está utilizando contra Letizia una táctica de maltrato psicológico conocida como ‘gaslighting’. Este método manipula sutilmente a alguien para hacerle dudar de su percepción de la realidad, provocando confusión y desorientación.
La reina continuó con su agenda habitual, manteniendo su matrimonio y su posición dentro de la Casa Real sin cambios aparentes. Sin embargo, los informes sugieren que poco a poco es marginada, subestimada y relegada a un segundo plano. Esta semana, la Casa Real anunció que la reina Sofía presidirá en solitario tres actos oficiales, mientras que la reina Letizia sólo encabezará un acto relacionado con el apoyo a las enfermedades minoritarias. La reina Letizia acompañará al rey con poco protagonismo o permanecerá alejada de la escena pública dentro de Palacio el resto de la semana. Esto añade peso a las especulaciones sobre su situación actual dentro de la monarquía española.
Jaime del Burgo Felipe disputó la corona a Letizia.
El Rey de España parece haberse distanciado definitivamente tras enfrentarse a una humillación pública a manos de su ex cuñado. Jaime del Burgo ha adoptado una postura desafiante, retando abiertamente a la Casa Real instándolos a que le hagan preguntas. Esta actitud le sitúa en el centro de la polémica.
Sin embargo, la petición de reconocimiento de Jaime del Burgo parece caer en saco roto. Ni la prensa, ni Zarzuela, ni el Gobierno le reconocen como interlocutor válido, e incluso se cuestiona su cordura. A pesar de su aislamiento en esta lucha, del Burgo persiste en su campaña. Aunque no altera directamente el rumbo de la monarquía, afecta profundamente a la reina Letizia.
La presión desde dos frentes complica la situación de Letizia: su pasado con Jaime del Burgo y su presente con su marido, el rey Felipe. Esta compleja dinámica familiar y pública está afectando significativamente a su salud mental, desencadenando graves problemas de estrés y ansiedad. La prensa española, generalmente alineada con Felipe, opta por guardar silencio sobre estas cuestiones, mientras que los medios internacionales las abordan abiertamente.
La revista portuguesa Lux destacó las dificultades de Letizia en su edición del lunes. Mencionaba explícitamente el estrés y la ansiedad como enfermedades mentales que la aquejan.
La reina está atravesando una de las peores etapas de su vida a nivel emocional. Las acusaciones de infidelidad se han sumado a su estrés y ansiedad.
Por el contrario, la prensa española ha sido notablemente más reservada en su cobertura del tema. Sólo la revista catalana Lecturas abordó el tema del Burgo, pero lo hizo de una manera más sutil, evitando el uso explícito de la palabra “infidelidad”. Los medios españoles tienden a adoptar un tono más conservador en temas sensibles relacionados con la Casa Real.
La decisión de Lux de utilizar un lenguaje directo y sin eufemismos pone de manifiesto la gravedad con la que se percibe internacionalmente la situación de Letizia. Esto pone de relieve las diferencias en la libertad de expresión y el tratamiento mediático entre las distintas culturas y países.
La difícil situación emocional de la Reina Letizia se ha convertido en motivo de preocupación y especulación. Se sugiere que esta fase depresiva es consecuencia de la actuación e indiferencia tanto de Jaime del Burgo como del Rey Felipe, contribuyendo cada uno a su manera al deterioro de su estado mental. La respuesta de la Familia Real es especialmente desconcertante.
La actitud de la Familia Real hacia Letizia ha sido fría y distante, carente de empatía y de apoyo público. Esto plantea la cuestión de si se está marginando a Letizia para protegerla de una mayor exposición y sufrimiento o si se trata de una estrategia para aislarla y debilitarla.
Las recientes decisiones sobre la agenda oficial de la Casa Real han suscitado dudas sobre el trato a Letizia. Al dar mayor visibilidad a la Reina Sofía y relegar a Letizia a un segundo plano, Zarzuela envía mensajes contradictorios.
Sin embargo, el motivo de estas acciones es prepararse para un eventual anuncio de divorcio, utilizando el mismo enfoque que Felipe empleó para gestionar los conflictos familiares. En ese caso, la situación se vuelve mucho más ominosa.
La posibilidad de que Letizia sea desacreditada públicamente y se enfrente a las consecuencias de un divorcio anunciado a través de un comunicado pone de manifiesto la gravedad y complejidad de la dinámica interna de la Casa Real. Letizia ya se enfrenta al estrés y la ansiedad, agravados por su temor a ser considerada adúltera y la posibilidad de un final abrupto de su matrimonio. Esto la ha hecho sentirse insegura y vulnerable.