Matt Bertone, experimentado entomólogo con un profundo conocimiento de las arañas, no aboga por la erradicación de las arañas de su casa. Su postura no está impulsada por una agenda radical, sino por una gran cantidad de conocimientos e investigaciones científicas. Como entomólogo, Matt tiene buenas razones para no eliminar las arañas. Dice que las arañas no pueden mordernos aunque tengan colmillos, y que su veneno tampoco puede hacernos daño.
Según las investigaciones de Matt, las arañas de nuestros hogares desempeñan un papel crucial en nuestra salud y seguridad. Actúan como defensa natural, protegiéndonos de insectos portadores de enfermedades, como los mosquitos. Su estudio de 50 hogares de Carolina del Norte reveló la prevalencia de varias especies de arañas en techos, rincones y sótanos.
El investigador de la Universidad de Carolina del Norte descubrió que las “arañas del sótano” y las “arañas de tela de araña” eran las más comunes. Estos depredadores generalistas comen de todo. Suelen capturar plagas molestas e incluso insectos portadores de enfermedades, como los mosquitos.
Sus afirmaciones han enfadado a algunos defensores de los aracnicidas, pero Matt tiene argumentos para todos. Matar a una araña la mata y ahuyenta a otros depredadores. Las arañas hacen telarañas para atrapar a sus presas. Las arañas del sótano a veces abandonan sus telarañas para cazar a otras arañas.
“Es natural tener miedo a las arañas”, dice el entomólogo. “Tienen muchas patas y la mayoría son venenosas, pero su veneno es débil y no nos hace daño”. Muchos entomólogos también tienen miedo a las arañas. “Algunos investigadores de arañas superaron su miedo observando y trabajando con estas criaturas. Si ellos pueden hacerlo, ¡tú también!”.
En cuanto a los temores más comunes, Matt nos asegura que las picaduras de araña son realmente raras. Aunque algunas arañas, como la “viuda” y la “reclusa”, son potencialmente peligrosas, sus picaduras son infrecuentes y rara vez causan problemas importantes. Matt reconoce que convivir con una araña puede ser un reto para la mayoría, pero ofrece una súplica compasiva.
“Si no la soportas, intenta atraparla y soltarla fuera”. “Encontrará otro lugar al que ir y ambos seréis más felices”, sugiere. “Si puedes soportarlo, puedes tener arañas en casa. Es normal. “Aunque no las veas, están ahí”.