Un marido tomó una foto de su esposa: mira lo que vio

La pareja, residentes en Florida, tenía la previsión de tomar una fotografía en una ocasión especial. Tuvieron la suerte de tener un invitado sorpresa en la imagen, que posteriormente ganó notoriedad internacional.

Mientras paseaban por la playa al atardecer, Dan Mozer decidió capturar una imagen de su esposa embarazada. La fotografía se difundió por todo el mundo. Los fotógrafos de naturaleza podrían pasar aproximadamente la mitad de su vida profesional intentando capturar una imagen de tal calidad. Dan, residente en Jacksonville, Florida, quiso inmortalizar a su esposa, que estaba en las últimas etapas del embarazo, en una fotografía tomada en la playa cercana a su casa.

En ese momento, su esposa Angeline estaba en las últimas etapas del embarazo, y se acercaba rápidamente la fecha prevista para el nacimiento de su primer hijo, un niño. El objetivo de Dan era obtener tantas fotografías de su esposa como fuera posible antes de que diera a luz. La pareja optó por embarcarse en un romántico paseo por Atlantic Beach, durante el cual Dan propuso capturar una fotografía del atardecer. Angeline estuvo de acuerdo y consideró obtener una fotografía de perfil para hacer visible su abdomen embarazado. Al fondo, las olas se estrellaban en la orilla. Las circunstancias eran óptimas.

Un visitante inesperado se materializó en el fondo. La pareja estaba asombrada.

Un delfín emergió del agua detrás de Angeline y fue capturado en la fotografía.

Dan sabía que el área albergaba una población de delfines y, por lo tanto, el avistamiento de uno no habría sido inesperado. Sin embargo, la aparición repentina del delfín, saltando fuera del agua en el momento preciso de la fotografía, representó un hecho notable y sorprendente. Al volver mi mirada hacia el sujeto, me sorprendió observar que había realizado la acción inesperada de saltar fuera del agua. Dan informó a AWM que lamentablemente la escena se había perdido.

Posteriormente, Angeline dio a luz. El bebé fue llamado Courtland. Dan postuló que Courtland estaba “conjurando delfines” ese día en particular. Además, afirmó: “No tenemos intención de cambiar el nombre de nuestro hijo a ‘Delfín’, como usted ha propuesto”.

“El delfín dio dos saltos, pero la primera imagen fue de una calidad superior y la prefiero”, afirmó Dan. Es muy fácil olvidar la magia pura de presenciar un delfín saltando fuera del agua. Dan fue capaz de capturar una imagen exquisita. Parece razonable suponer que cuando Courtland llegue a la edad adulta, considerará esta fotografía con el mismo grado de afecto que nosotros actualmente.