Inundaciones en el sureste de España. Al menos 200 personas murieron y 1.900 están desaparecidas. El país está de luto durante tres días. El número de muertos aumentó porque no hubo una alerta temprana y la unidad de emergencia local se disolvió. ¿Por qué murieron tantas personas en este desastre? ¿Se podría haber evitado?
El 29 de octubre, fuertes lluvias azotaron el sur de España, afectando a la región turística de Valencia, así como a Castilla-La Mancha y Andalucía. En solo ocho horas, llovió lo mismo que en un año. Chiva recibió hasta 500 mm de lluvia, mientras que otras zonas alcanzaron los 200 mm. En Turís, cayeron 179,4 mm de lluvia en una hora, un récord en España. Las lluvias provocaron la crecida de los ríos, lo que provocó inundaciones y deslizamientos de tierra. El agua dañó edificios, carreteras, puentes y tierras de cultivo. Las autopistas y los ferrocarriles se cerraron y las redes de electricidad y gas quedaron destruidas. El coste de los daños se estima que es un récord en España.
Doscientas cinco personas han muerto y 1.900 están desaparecidas. Entre los muertos había colombianos y británicos. Entre los desaparecidos había rumanos. Un tren de alta velocidad con 300 pasajeros descarriló, pero nadie resultó gravemente herido. Los equipos de rescate ayudaron a más de 4.600 personas.
La catástrofe afectó al 90% de los hogares del sureste de España. En los primeros días tras la catástrofe, 150.000 personas se quedaron sin electricidad. Muchas casas siguen sin luz y el acceso al agua potable es difícil. Debido al elevado número de víctimas, las autoridades tuvieron que montar una morgue temporal.
La ciudad de Valencia se salvó de una mayor destrucción tras la gran inundación de 1957 gracias a que el río Turia fue desviado 3 km al sur de ella. Sin embargo, esto causó daños en otras zonas menos pobladas cerca del nuevo cauce del río.
Los ecologistas afirman que el cambio climático provocó esta inundación. El aire más cálido absorbió agua del océano, formando “ríos atmosféricos atlánticos”. Cuando hace frío, el agua se precipita a las zonas costeras de Europa. Esto es lo que ha ocurrido en España.
A pesar de que se ha desviado el cauce del río Turia, Valencia sigue sufriendo inundaciones. El nuevo cauce pasa por zonas residenciales y el asfalto de las riberas no deja que el suelo absorba el agua, lo que ha agravado las inundaciones.
Los ecologistas afirman que las inundaciones en Valencia se podrían haber evitado. Los meteorólogos podrían haber avisado de la tormenta para prepararse. Podrían haber desviado los caudales de agua, construido barreras y evacuado a la gente a zonas seguras. Las autoridades locales ignoraron las advertencias de los científicos.
Las primeras alertas de tormenta en España llegaron el 25 de octubre, cuando empezó a hacer frío. El 29 de octubre, a las 6.42 horas, la AEMET emitió una alerta naranja para Valencia. Menos de una hora después, la elevó a roja. Las aguas de la inundación empezaron a subir rápidamente.