Dos aviones chocaron

Un avión desapareció del radar, luego el otro. Entonces, el centro de control recibió un informe de alguien que vio lo que pasó: “¡Algo está cayendo!”. El 11 de agosto de 1979, dos aviones Tu-134 chocaron sobre Ucrania por la noche.

Los aviones volaban a 800 km/h. No podían verse entre sí debido a las nubes. Un avión chocó contra el otro en ángulo recto, cortando la cabina. Los aviones giraron y se enredaron. El primer avión se desintegró en el aire, mientras que el segundo se estrelló contra el suelo. Los restos y 178 cuerpos se esparcieron en 48 kilómetros cuadrados.

Los aviones pertenecían a Moldavia y Bielorrusia. El primer avión volaba de Cheliábinsk a Chisinau, y el segundo volaba de Tashkent a Minsk. En él viajaban el equipo de fútbol uzbeko, Pakhtakor, y otros pasajeros. El accidente fue provocado por los controladores aéreos de Járkov. Los pilotos calcularon mal el tiempo y trataron de corregir el error ordenando al avión bielorruso que subiera.

El avión que siguió las instrucciones no fue el Tu-134 sino un Il-62 que se encontraba cerca. La reacción del piloto fue tomada por error como la del Tu-134. Una tormenta y una mala comunicación por radio no impidieron que los dos controladores fueran castigados. Fueron encarcelados por 15 años. Uno cumplió la condena. El otro se ahorcó en la cárcel.

La muerte del equipo Pakhtakor conmocionó a la URSS.

El equipo se dirigía a Minsk para su siguiente partido.

La investigación fue secreta. Veinte años después, el juez principal admitió que el piloto bielorruso era el culpable. Las grabaciones de la “caja negra” muestran que la tripulación estaba de fiesta en el aire porque a bordo había futbolistas famosos. Estaban borrachos y atropellaron al jefe de vuelo.

“En incidentes como este, el controlador aéreo siempre es responsable”, dice Viktor Nitka, director general de la Alianza de Tecnología de Aviación Avintel. El sistema de alerta de colisión era defectuoso y no avisaba a los controladores de la proximidad de los aviones.

Los centros de control no tenían la tecnología adecuada para ver claramente los aviones, por lo que el controlador no podía separarlos a la altitud adecuada. Los pilotos deben seguir las instrucciones. “Esa es la regla”.