Muchos hombres mantienen una relación con una mujer que padece una enfermedad mental sin darse cuenta. No se trata simplemente de que la mujer se encuentre mal, sino de trastornos psicológicos graves que no son fáciles de identificar. A primera vista, una mujer parece gozar de buena salud y ser considerada una pareja adecuada. Sin embargo, a medida que la relación se desarrolla y la comunicación se hace más frecuente, se hace evidente que existen problemas importantes. Estos pueden incluir peleas frecuentes, salidas repentinas, intentos de suicidio y un consumo considerable de alcohol. Sin embargo, los hombres a menudo atribuyen estos comportamientos a la sensibilidad emocional y la personalidad compleja de las mujeres. Es posible que la propia mujer no sea consciente de su condición y de la necesidad de una evaluación psiquiátrica.
Es posible que ya reciba atención médica en algunos casos, pero es posible que no revele esta información a otras personas. Si alguien le preguntara sobre su estado de salud mental, es posible que no revele su condición. “Son solo vitaminas”, dirá. “Y tú le respondes: “Son sólo vitaminas”. Ella te replicará: “Son vitaminas”. Tú puedes pensar: “No tendré ese problema. No hay tantas personas con enfermedades mentales”. Sin embargo, según los profesionales médicos, una de cada tres personas en la Tierra presenta síntomas de enfermedad mental en algún grado, y esta cifra no hace más que aumentar si tienes problemas en las relaciones.
Los desacuerdos frecuentes y los cambios de humor por parte de la pareja femenina caracterizan la relación de pareja. Al hombre le resulta difícil identificar la causa subyacente del descontento y los frecuentes arrebatos de la mujer. No está seguro de cómo abordar la situación y aliviar la angustia de la mujer. Es posible que las acciones del hombre no sean la fuente principal de las dificultades en la relación y que sea necesaria la intervención de un psiquiatra para abordar los problemas subyacentes.
