Oxana Malaya, quien ahora tiene alrededor de 40 años, comenzó a comportarse como un perro, ladrando, gruñendo y caminando a cuatro patas.
Quizás hayas oído la historia de Tarzán y Mowgli, animales salvajes criados en la selva. Si bien estas historias son interesantes, parecen inverosímiles. Sin embargo, existen historias reales de animales criando hijos. Oxana Malaya, de Ucrania, es un ejemplo de ello. Afirma haber pasado su infancia con perros. Según el New York Post, su vida dio un giro inesperado cuando sus padres alcohólicos la dejaron a la intemperie, expuesta al frío, a los 3 años. Desesperada por encontrar calor y refugio, siguió a su perro a la perrera y permaneció allí durante casi cinco años.
Durante este tiempo, la Sra. Malaya, ahora de 40 años, comenzó a comportarse como un animal, ladrando, gruñendo y caminando a cuatro patas. Al hablar de su inusual crianza, la Sra. Malaya comentó: “Mamá tenía demasiados hijos; no teníamos suficientes camas. Así que me metí en la perrera de la perra y empecé a vivir con ella”. Contó que se hizo un hogar dentro de la perrera para sobrevivir. Vivió allí con la perra durante los siguientes cinco años de su vida, desde los 3 hasta los 9 años.
Comentó que su perra y otros perros callejeros del vecindario la trataban como si fuera suya. Pero para cuando la rescataron, ya había perdido el habla y corría a gatas. “Les hablaba, ladraban y yo repetía. Así era como nos hablábamos”, dijo.
La Sra. Malaya también se lamía para limpiarse, comía carne cruda, buscaba comida en los cubos de basura y jadeaba. “Era más un perrito que una niña”, dijo Anna Chalaya, directora de la institución de cuidados especiales donde vive ahora. “Sacaba la lengua cuando veía agua y comía con ella, no con las manos”, dijo la Sra. Chalaya, según informó el medio.
A los nueve años, la Sra. Malaya fue finalmente rescatada después de que las autoridades ucranianas fueran alertadas sobre su extraño comportamiento. Pero fue difícil rescatarla. Un grupo de perros luchó para protegerla de la policía. No fue hasta que los funcionarios distrajeron a los perros con comida que pudieron sacar a la niña de la perrera.
Fue llevada a un hogar de acogida, donde aprendió a caminar y hablar, pero aún se comportaba como un perro. Incluso de adulta, los expertos dijeron que tenía la capacidad mental de una niña de seis años.
“No creo que alguna vez pueda leer ni hacer nada útil”, dijo la psicóloga infantil Lyn Fry sobre la Sra. Malaya. “Si no has aprendido a hablar para cuando tienes unos cinco años, es poco probable que aprendas más adelante”, explicó. El Post afirma que la Sra. Malaya es solo uno de los aproximadamente 100 casos conocidos de personas que no han aprendido a hablar un idioma. Se reencontró con su madre y su padre a principios de la década de 2000.
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