A medida que el cuerpo produce menos colágeno y elastina después de los 40 años, la piel se vuelve más seca y comienzan a aparecer manchas, arrugas y líneas de expresión. Pero eso no es todo. Algunas personas también desarrollan pequeñas verrugas en el torso, las axilas, el cuello, el escote, el cuero cabelludo o los párpados.
Entonces, ¿qué son exactamente estas “verrugas” que aparecen con la edad?
Estas pequeñas y finas verrugas, que aparecen en la mediana edad, son uno de los principales motivos de consulta al dermatólogo: el envejecimiento, la genética, los cambios hormonales o, en algunos casos, la exposición prolongada al sol las causan.
Es fundamental conocer la diferencia entre estos tipos de verrugas. La queratosis seborreica es un crecimiento de la epidermis, la capa más externa de la piel, y forma parte del proceso normal de envejecimiento. Es inofensiva porque no es cancerosa, no se propaga a otras partes del cuerpo y no causa diferentes tipos de cáncer. Parece una mancha o una lesión elevada con bordes precisos y una superficie rugosa que se siente grasosa. Puede tener diferentes formas y tamaños, desde amarillenta hasta negra, y a veces se desprende. Se puede encontrar en la cabeza, el cuello y el tronco. Nunca se encuentra en las palmas de las manos ni en los pies. Si aparece en la mucosa vaginal, siempre debemos hacer un diagnóstico diferencial. Lo más importante es que sea inofensiva.
Otro tipo de lesión que aparece con la edad son los acrocordones o fibromas.
Suelen aparecer en la cara, el cuero cabelludo, el cuello, el escote (la zona de piel que sobresale de la parte superior de la ropa) y el dorso de las manos. Son los primeros signos de cáncer de piel. Las queratosis actínicas son ásperas, duras al tacto y pueden ser blancas o ligeramente rosadas. Sangran con facilidad. Una vez eliminadas, pueden reaparecer. Un dermatólogo debería revisarlas, ya que podrían convertirse lentamente en un tipo de cáncer de piel llamado cáncer de piel no melanoma”, afirma el Dr. Pablo Fernández-Crehuet.