En un ajetreado día de verano, muchos en la playa vieron extrañas formas brillantes nadando cerca de la orilla.
“¡Papá, mira! ¿Qué es eso?”, gritó Carson, un niño que sacudía a su padre por el hombro.
Cuando Robert finalmente vio lo que nadaba en el agua, se sorprendió. Nunca había visto nada igual. Se enderezó y comenzó a buscar a su hija, Katrina.
Cuando ella retiró la mano, gritó. ¿Qué le había pasado a Katrina?
Cuando retiró la mano, gritó tan fuerte que todos la miraron.
Robert corrió hacia Katrina y estuvo con ella en segundos. “¿Qué pasó?”.
Entonces Robert le tomó la mano para examinar más de cerca y se sorprendió al ver lo que había sucedido.
Todos observaron el grito y vieron a otro niño de pie en el agua poco profunda, mirando su mano con horror. Tras examinar la mano, dijo que no le dolía y que no parecía grave. Intentó explicárselo a las demás personas en la playa, pero no le hicieron caso.
La patrulla de la playa llegó rápidamente y sus vehículos se adentraron en la arena. Los agentes salieron de los vehículos y rápidamente empezaron a colocar barreras.
Robert estaba decidido a descubrir la verdad, así que regresó a la playa al día siguiente.
Al llegar, vio señales de “Zona Restringida” por todas partes.
Al ver a una sola persona a lo lejos, la búsqueda de Robert se vio interrumpida.
Robert decidió hablar con el desconocido, pero lo hizo con cautela.
Robert estaba desesperado por obtener más respuestas y se apresuró a seguir al hombre.
La conversación se volvió cada vez más tensa, y el hombre empezó a insinuar que había estado guardando secretos. “He visto cosas… cosas que no deberían estar ahí”, admitió, mirando al agua como si temiera que alguien pudiera estar escuchando.
Entonces, de repente, el hombre dijo que quería mostrarle a Robert algo importante. “Necesito mostrarte algo”, dijo con urgencia. “Ven conmigo”.
Después de lo que les pareció una eternidad, finalmente llegaron a un lugar lejano que no reconocían.
Mientras avanzaban, pasaron por varios carteles de “Prohibido el paso” y “Zona restringida”, lo que preocupó aún más a Robert.
Finalmente, el hombre nos dijo con qué grupo ambientalista estaba. “Soy de EcoGuard”, dijo con voz profunda pero firme. “Hemos estado detectando actividad ilegal en la costa”.
El hombre explicó su misión: averiguar quién era el responsable de las cosas extrañas que se veían en el mar.
Llegaron a su destino, donde el hombre se detuvo cerca de un denso grupo de árboles y se preparó para presentar la importante evidencia.
Robert se sorprendió al ver una gran extensión de agua sucia, una imagen muy diferente de la playa limpia que conocía.
Robert y el hombre tenían pruebas, así que acudieron a los medios de comunicación y a las autoridades.
La noticia enfureció a mucha gente, que investigó la situación de inmediato. La petrolera fue declarada responsable y enfrentará graves consecuencias legales y sociales.
La historia tuvo un final feliz, con la comunidad arreglando la playa, símbolo de esperanza y nueva vida.
La comunidad celebró su éxito plantando árboles nuevos y divirtiéndose en la playa.