Ayuda para una mendiga embarazada, ¡pero lo que sucedió después te sorprenderá!

Marian fue a ver a la mujer que vivía en la calle.

Su monedero estaba vacío, así que sacó su billetera y metió algo de cambio.

Después de comprar el resto de las cosas que necesitaba en la tienda local, era hora de ir a casa.

Cuando Marian miró a la izquierda, vio a la mendiga.

Pero al observar más de cerca, notó una gran diferencia. La joven ahora vestía un elegante traje azul oscuro y parecía bien arreglada. La mendiga embarazada, que antes se la había visto con ropa andrajosa y el cabello despeinado, había experimentado una transformación completa.

Lo único que tenían en común era la barriga de embarazada, que aún era claramente visible.

Al mirar a su alrededor, Marian vio a un hombre que se acercaba a ella. Vestía un traje de la misma tela que la mujer y tenía una sonrisa en el rostro. Los dos, que parecían no conocerse, se alejaron de la multitud hacia el otro extremo del andén, donde podrían estar solos.

Llegó un nuevo metro con pasajeros.

Marian estaba a punto de subir al tren con la compra cuando sintió una mano que le tocaba suavemente el hombro. Al darse la vuelta, el mendigo, que todavía llevaba traje, estaba justo frente a ella.

La extraña mujer miró a Marian directamente a los ojos y la examinó de pies a cabeza. Marian la miró directamente a los ojos. “¿Por qué me sigues? ¿Cuál es la diferencia?”, le preguntó el mendigo con seriedad.

Dijo que le fascinaba lo diferente que siempre era el aspecto del mendigo.

Las dos personas parecieron descontentas con su explicación, y el hombre la miró fijamente.

La mujer dijo que trabajaba para la policía local. Su puesto requería mantener el anonimato.

Su trabajo consistía en vigilar una farmacia local, que era un blanco frecuente de robos. Al principio, parecía un negocio familiar. Pero en realidad, era una tapadera para una gran operación de drogas ilegales.

El agente le informó a Marian que ya habían realizado la investigación necesaria para cerrar el lugar definitivamente. Pero dijeron que solo entregarían las drogas a un tercero. Lo único que les faltaba era esta prueba contundente, grabada en video. Ya habían descubierto el nombre en clave secreto de un pedido de medicamentos.

“Necesitamos que vaya a la farmacia y pida unos medicamentos sin receta usando un alias que le hemos dado”.

Le dijo a Marian que estaban cerca de atrapar a esas personas. Marian podía estar tranquila porque sabía que no le pasaría nada y que la operación sería completamente segura.

Costó un poco de persuasión, pero Marian finalmente accedió.

No había clientes en la farmacia. Se dirigió al mostrador y pidió la receta usando el nombre en clave. El empleado la examinó atentamente.

Pero finalmente, asintió y se dirigió al fondo de la sala.

Finalmente, el hombre regresó y le dio a Marian un pequeño paquete sellado. La policía finalmente encontró las pruebas que buscaban. La cámara lo grabó todo.

La policía llegó rápidamente y arrestó a la persona que trabajaba en la farmacia. La misión fue todo un éxito. Al abrir el paquete de Marian, encontraron el material que buscaban.

Al día siguiente, Marian encontró una nota en su buzón. Era una invitación a visitar la comisaría.

La comisaría estaba decorada por todas partes, e incluso hornearon un pastel para celebrar su día especial. Pero fue la policía que se hizo pasar por mendiga quien pronunció las palabras más sinceras: «Tú eres la razón por la que pudimos lograr esto. ¡Muchas gracias!».