¿Se pueden comer las semillas de granada? ¡La respuesta te sorprenderá!

El granado es una planta que da fruto. Esta fruta es rica en antioxidantes, fibra y diversas vitaminas y minerales.

¿Se deben comer semillas de granada?

Las semillas de granada representan aproximadamente la mitad del peso de la fruta.

Contienen fibra, vitamina E, magnesio y antioxidantes, pero los arilos contienen más. Las granadas también contienen aceite de semilla, un tipo de grasa principalmente poliinsaturada. Las semillas de granada también contienen un ácido que puede reducir la inflamación en el cuerpo y el cerebro.

Las semillas de granada no son tan jugosas ni dulces como los arilos que las recubren, pero se pueden comer con moderación (como todo lo demás). Comer demasiadas puede causar molestias estomacales. Poseen numerosas propiedades saludables y se pueden incorporar a una dieta equilibrada. Puedes comer las semillas solas, sobre una ensalada, con yogur o con helado para un dulce delicioso y crujiente.

Cómo elegir granadas.

Color: Busca granadas de color rubí intenso que se sientan pesadas al cogerlas.

Tamaño: Deben ser grandes y pesadas para su tamaño.

Forma: Deben ser planas con las esquinas afiladas, no redondas.

Textura: Busca una piel lisa, mate y correosa, sin grietas ni bultos. La granada debe estar ligeramente blanda, ya que esto indica que está madura. Pero evita las granadas muy blandas, ya que pueden estar blandas por dentro.

¿Cuánto duran las granadas?

Puedes dejarlas en la encimera hasta un mes y en el refrigerador dos meses, pero una vez abiertas, es mejor consumir los arilos y las semillas en unos pocos días.

Cómo cortar una granada. Llena un recipiente con agua y resérvalo.

Con un cuchillo afilado, corta la parte superior de la granada, justo debajo de la corona o la punta.

Una vez cortada, podrás ver las secciones interiores. Marca la piel a lo largo de las secciones de la membrana blanca.

Separa las secciones de granada y colócalas en un recipiente con agua. Esto hará que las semillas caigan al agua. Usa el pulgar para retirar las semillas restantes.

Asegúrate de retirar toda la piel o membrana.