Los leñadores pensaron que era un día normal de trabajo hasta que encontraron este árbol y… ¡miren lo que pasó!

Para los trabajadores de Georgia Kraft Co., el día comenzó como siempre, pero un árbol lo cambió todo y convirtió su trabajo en un descubrimiento fantástico.

Ocurrió en 1980. Siete u ocho hombres llegaron al lugar poco después de las diez de la mañana. Había mucho trabajo por hacer antes de terminar el turno, así que cada uno se puso manos a la obra de inmediato. Todo transcurrió como de costumbre hasta el almuerzo, pero después del descanso, un extraño tronco llamó la atención de los leñadores.

A primera vista, parecía que algo estaba atascado dentro del árbol. Sin embargo, el misterio resultó ser mucho más inusual. Uno de los valientes se agachó y miró dentro del hueco, pero inmediatamente retrocedió con un grito. Su rostro palideció y, tras recuperar el aliento, les contó a los demás que había visto una especie de criatura dentro.

El equipo se miró desconcertado: ¿qué clase de animal podría estar en un lugar así? Según ellos, un hocico largo, patas y dientes afilados eran claramente visibles en la oscuridad. La madera bloqueaba la luz, dificultando la visión de los detalles, pero era evidente que había un depredador en su interior.

El administrador, informado del hallazgo, le aconsejó que no se distrajera y que continuara talando el bosque. Pero la curiosidad lo venció: ¿cómo podía un animal acabar tan cerca de la copa de un tronco hueco?

La respuesta se encontró más tarde. Un examen demostró que se trataba de un perro que alguna vez vivió en esos lugares. Según los expertos, alrededor de 1960, el perro persiguió a una ardilla o un mapache, trepó al tronco hueco hasta una altura de casi nueve metros y quedó atrapado, sin poder salir. Murió allí, y gracias a las condiciones del interior del árbol, su cuerpo se conservó.

Pasó más de un año antes de que los científicos dieran una conclusión. El animal tenía unos cuatro años al momento de su muerte. Con el tiempo, el perro recibió el apodo de Stuckie y, en 2002, pasó a formar parte de la exposición del museo Southern Forest World.

Hoy en día, la momia del perro es la pieza principal del museo. Miles de turistas acuden a verla, y la imagen de Stuckie se utiliza en recuerdos y postales. Sin embargo, el debate continúa: algunos creen que el animal debería recibir un entierro digno, mientras que otros están seguros de que así es como Stuckie sigue vivo en la memoria de la gente.

Así, la triste historia de la caza se convirtió en una pieza museística única, conocida en todo el mundo.