Hong Kong. Casi dos millones de personas fueron evacuadas de las principales ciudades del sur de China después de que un potente tifón azotara una de las costas más densamente pobladas del planeta. La tormenta también causó muertes e inundaciones devastadoras en Taiwán, donde más de cien personas siguen desaparecidas.
El tifón Ragasa, considerado recientemente la tormenta más fuerte del año, paralizó Hong Kong y amplias zonas del sur de China tras pasar por las remotas islas de Filipinas y las regiones montañosas de Taiwán.
Ráfagas con fuerza de huracán causaron deslizamientos de tierra, olas gigantes y destrucción. Ahora se dirige hacia la provincia de Guangdong, donde se encuentran importantes ciudades como Shenzhen y Guangzhou. Se ha confirmado la muerte de al menos 15 personas en Taiwán; otras 17 siguen desaparecidas después de que una presa natural que contenía agua en un lago recién formado se desbordara, liberando casi 68 millones de toneladas de agua e inundando la ciudad de Guangfu. Imágenes de video de Hualien muestran un poderoso torrente que arrastró autos y atravesó las calles, obligando a los residentes a refugiarse en los pisos superiores de sus casas. Uno de los principales puentes de la región se derrumbó bajo la fuerza de la tormenta.
A medida que el tifón se acercaba a Hong Kong, ráfagas de viento de hasta 168 km/h (105 mph) derribaron árboles, derribaron andamios y generaron enormes olas que se estrellaron contra los terraplenes. Imágenes que circulan en línea muestran cómo el agua atravesó las puertas de cristal del lujoso Fullerton Ocean Park Hotel, inundando el vestíbulo y arrastrando a la gente.
En Macao, un centro turístico y de juegos de azar, las calles estaban inundadas hasta la cintura. Las autoridades de ambas ciudades, con más de 8 millones de habitantes, han declarado el nivel de alerta máximo. Para minimizar los daños, casi dos millones de residentes de la provincia de Guangdong fueron evacuados. Más de 10.000 embarcaciones fueron trasladadas a aguas seguras y más de 38.000 bomberos fueron puestos en alerta máxima. A pesar de la amenaza, las ciudades de la región cuentan con una infraestructura de protección considerable, ya que a menudo se enfrentan a desastres similares. Hong Kong cuenta con un enorme sistema de drenaje de 3.800 millones de dólares, que previene inundaciones catastróficas que en el pasado se cobraron vidas.
Los expertos enfatizan que las megaciudades asiáticas deben actualizar continuamente sus códigos de construcción para afrontar tifones más fuertes, el aumento del nivel del mar y los efectos del cambio climático.