Los presidentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, están muy interesados en cómo la medicina moderna puede ayudarlos a vivir mucho más tiempo. Esto se descubrió después de que una conversación privada entre ellos se hiciera pública accidentalmente.
Según Bloomberg, durante las celebraciones en Pekín, Xi, Putin y el líder norcoreano, Kim Jong-un, cruzaron las puertas de la Plaza de Tiananmén. Este momento se transmitió en vivo por la televisión china. Debido a un problema técnico, el micrófono en la ropa de uno de los dictadores continuó funcionando y grabando su conversación, que estaba destinada a uso privado.
La grabación de audio de la conversación duró menos de un minuto y se interrumpió en ocasiones, por lo que solo se puede escuchar una parte. Putin y Xi hablaron; Kim solo escuchó. Pero, como cada frase fue traducida por una persona diferente, se puede crear un diálogo similar a este:
“Xi: En el pasado, rara vez se llegaba a los 70 años, pero hoy, a los 70, se sigue siendo joven.
Putin: Gracias a la biotecnología, las personas podrán trasplantarse órganos y vivir en cuerpos cada vez más jóvenes, e incluso vivir para siempre.
Xi: Según los expertos, en este siglo se podría vivir hasta los 150 años.
Poco después, Xi pronunció un discurso para conmemorar la victoria de China sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial, y a continuación comenzó un desfile militar.
Bloomberg señala que este momento fue distinto a las celebraciones cuidadosamente planificadas que se llevan a cabo en un país que comparte información limitada con el mundo exterior.
Como informó UNIAN, hoy tuvo lugar en Pekín un gran desfile militar para conmemorar el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fueron principalmente la República de China (ahora limitada a Taiwán y algunas islas pequeñas) y Estados Unidos quienes libraron la guerra contra… Japón, la República Popular China, se considera hoy uno de los vencedores de la guerra. Por ello, el gobierno chino celebra el 3 de septiembre como el Día de la Victoria.
Las celebraciones de este año en Pekín atrajeron a numerosos dictadores y autócratas insatisfechos con el orden mundial moderno basado en reglas establecidas.
Pero el evento principal de las celebraciones fue el desfile militar, que los observadores consideraron una clara demostración de fuerza. Esto ocurrió al mismo tiempo que Xi Jinping declaró su objetivo de alterar el orden global.