En una boda, su hijo insultó a su madre, y ella le quitó el micrófono

El salón de recepción resplandecía con candelabros y alegría, la imagen de una celebración. Todo parecía perfectamente orquestado: exquisitos arreglos florales, la música de un cuarteto de cuerda y alta cocina.

Sin embargo, en medio del esplendor, una figura destacaba: una mujer mayor con ropa raída y zapatos desgastados. Era María, la madre del novio. Entró silenciosamente, con la cabeza bien alta, a pesar de los susurros y las miradas curiosas de los invitados. Los asistentes dudaron, sin saber si ofrecerle asiento. Se detuvo al fondo del salón, con la mirada fija en su hijo: el elegante y seguro de sí mismo, Daniil, de esmoquin.

Durante el banquete, llegó el momento de los brindis. El novio se levantó con una copa, hablando de superar las dificultades, luchar por el éxito y una nueva y próspera vida. Pero, con la mirada fija en su madre, cambió de tono: